La mano de Arenas vs. la mano de Chaves
Fueron dos apretones de manos diferentes en dos momentos bien distintos. Chaves me dio la mano en una visita más o menos rutinaria al Ayuntamiento de Dos Hermanas al que yo había ido a mirar. Arenas lo hizo a la salida de un mitin que estaaba cubriendo en plena campaña electoral para las autonómicas. Fueron momentos distintos y formas distintas.
Chaves se acercó a mi y a mi compañera Cecilia, alegre de ver caras jóvenes en la puerta de un ayuntamiento repleto de votantes de la tercera edad. Se abrió camino y con un gesto serio alargó la mano diciendo algo así como "Hola qué tal". La mano de Arenas llegó improvisadamente en el tumulto de la salida del mitin. Estaba ahí, simplemente, a su derecha, con la libreta y el boli. Una mirada desconfiada al ver los artilugios de periodista que le hizo dudar por unos segundos antes de estirar la mano y darme un apretón suave y medido hasta el milímetro, en cuanto a presión y duración. Me encontró frente a frente y no tuvo más escapatoria que saludarme antes de encontrar la salida hasta el coche oficial.
Otros apretones de políticos son más parecidos a una petición de voto o a un no me dejes en mal lugar cuando escribas de mí, como me parece cada vez que veo a Zoido, que saluda con un increíble "hola, me alegro de verte" que hace que me pregunte si se ha quedado con mi cara o más bien que tiene la fórmula de saludo muy bien aprendida.
Por supuesto, en todas las ocasiones lo primero que hago al llegar a casa es lavarme la mano estrechada.
1 comentario:
Al menos tú no saliste en primera (aunque fuera en chiquitito) estrechando la diestra del jerifalte. Ays.
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