Las elecciones municipales y la política local
En un pueblo que se empeñaba en ser ciudad había una vez una mujer que se presentaba candidata a la alcaldía. Como lema electoral antecedía su sexo a su programa político, por si eso le granjeaba las simpatías del electorado femenino y feminista. En tiempo de elecciones, casi todo vale, especialmente milimetrar las palabras de los contrarios y rascar rascar hasta encontrar una manchita de la que hacer un escándalo. Es por ello que analizaba hasta la última coma cualquier discurso de los concejales del ayuntamiento que apareciera en los medios de comunicación.
Dos semanas antes de las elecciones, el concejal de cultura hizo una entrevista en la que un periodista le provocaba interesadamente para encontrar un titular en el que se refiriera a su pueblo con el vulgar pero humorístico nombre de "Cuatro Tetas". Si dos tetas tiran más que dos carretas, cuatro ya, no digamos, así que la indignación feminista de la candidata mujer se hizo más que evidente.
Era tal su grado de humillación que convocó en una rueda de prensa a los medios locales. A la convocatoria sólo acudieron dos medios, en cuyas caras se podía leer "qué estoy haciendo aquí".
Enfurecida, la candidata mujer pidió que rodara la cabeza del concejal, que el alcalde pidiera perdón, y alguna que otra cosa más, que estamos en elecciones y que por pedir no quede.
Moraleja: utilizar fraudeulentamente la lucha feminista como arma electoral es una falta de respeto a las sufragistas del siglo XIX y a todas las mujeres que han venido detrás, ¿o no?
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